12 de febrero de 2010

Demostremos amor por el Hijo de Dios


Mostrar amor a Jesucristo obedeciendo sus mandamientos nos permitirá rechazar cualquier tentación de caer en el pecado. “Si observan mis mandamientos —señaló Jesús—, permanecerán en mi amor, así como yo he observado los mandamientos del Padre y permanezco en su amor.” (Juan 15:10.)

¿Cómo nos ayudan las enseñanzas de Jesús a permanecer en el amor de Dios?. Cuando las aplicamos en nuestra vida, nos ayudan a mantener nuestros principios morales. Veamos un ejemplo. Mediante la Ley, Dios mandó al pueblo de Israel: “No debes cometer adulterio” (Éxodo 20:14).

Sin embargo, Jesús explicó el principio que había detrás de ese mandato: “Todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” (Mateo 5:27, 28).

Por su parte, el apóstol Pedro dijo que algunos miembros de la congregación del siglo primero tenían “ojos llenos de adulterio” y “cautivaban almas inconstantes” (2 Pedro 2:14). ¿Cómo podemos evitar ese mismo proceder inmoral?

Tenemos que amar y obedecer a Dios y a su Hijo, así como resolvernos a conservar nuestra buena relación con ellos.

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