Antes de plantear más preguntas sobre la fauna, Dios corrigió a Job. ¿Cómo reaccionó este? Job se humilló y con gusto aceptó más consejos (Job 40:1-14).
Al llegar a este punto del relato inspirado de Job, aprendemos una lección importante, a saber, que ningún ser humano puede criticar al Altísimo con razón. Debemos hablar y actuar de una manera que agrade a nuestro Padre celestial, Jehová.
Y lo que es más, nuestro mayor interés debe ser la santificación de su sagrado nombre y la vindicación de su soberanía.
Job reconoció que había ‘hablado sin entender cosas demasiado maravillosas para él’ (Job 42:1-3). Aceptó la corrección de Dios, se retractó y se arrepintió. Sus compañeros fueron reprendidos, mientras que él recibió grandes bendiciones (Job 42:4-17).
¡Qué sabio es tener presente la experiencia de Job! Posiblemente no podamos responder a todas las preguntas que Dios le hizo. Sin embargo, podemos y debemos apreciar las múltiples y variadas maravillas de la creación que alaban a Jehová.
19 de febrero de 2010
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