23 de febrero de 2010

¿Por qué Jesús ejecutó milagros?

Jesús es bien conocido por los milagros que ejecutó. Se compadecía de la gente que sufría, y con gusto usaba los poderes que Dios le había dado para ayudarla. Por ejemplo, cierto hombre que tenía la terrible enfermedad de lepra vino a él y le dijo: “Si tan solo quieres, puedes limpiarme.” Jesús “se enterneció, y extendió la mano y lo tocó, y le dijo: ‘Quiero. Sé limpio.’” ¡Y el hombre fue sanado!—Marcos 1:40-42.

Considere otra escena bíblica, e imagínese la ternura que Jesús sintió para con la gente a quien se describe: “Entonces se le acercaron grandes muchedumbres, teniendo consigo personas que eran cojas, mancas, ciegas, mudas y muchas en otras condiciones, y casi se las tiraron a los pies, y él las curó; de modo que la muchedumbre se asombró al ver que los mudos hablaban y los cojos andaban y los ciegos veían, y glorificó al Dios de Israel.”—Mateo 15:30, 31.

El hecho de que Jesús realmente se interesaba en estas personas que sufrían y verdaderamente quería ayudarlas se puede ver por lo que después dijo a sus discípulos. Dijo: “Me compadezco de la muchedumbre, porque hace ya tres días que se han quedado conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos en ayunas. Posiblemente desfallezcan en el camino.” De modo que Jesús, con solo siete panes y unos cuantos pescaditos, alimentó milagrosamente a los “cuatro mil varones, además de mujeres y niñitos.”—Mateo 15:32-38.

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