14 de febrero de 2010

Sinceridad en la Oración


Hay sinceridad envuelta en hablar con el Altísimo si uno espera que él preste atención a las peticiones de uno. Con toda seriedad y en plena posesión de nuestros sentidos, tenemos que ser honrados en la justipreciación de nosotros mismos.

Para ser leales a los caminos justos de Dios, no encubriremos nuestros hábitos incorrectos ni actitudes dudosas. No es posible engañar a Aquel a quien tenemos que rendir cuentas. (Heb. 4:12) Sería insensatez el que oráramos de una manera y obráramos fuera de armonía con la petición.

Los que observan lealmente Sus mandamientos tienen esta seguridad: “Los ojos de Jehová están sobre los justos, y sus oídos atentos a su ruego; pero el rostro de Jehová está contra los que hacen cosas malas.” (1 Ped. 3:12) Si pedimos perdón, entonces tenemos que practicar el perdonar, desde el corazón. (Mat. 18:35) Si oramos por el reino de Dios, debemos buscarlo primero en nuestra vida. (Mat. 6:10, 33)

Si estamos buscando más conocimiento bíblico de Dios, entonces además de orar por él debemos apartar horas con regularidad para estudiar su Palabra, la Biblia. El estar llenos de conocimiento exacto nos ayudará a enfocar la atención en las cosas más importantes, y las tendremos presentes al orar.—Fili. 1:9, 10.

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