24 de marzo de 2010

Buenas obras en el sábado

ES LA primavera de 31 E.C. Han pasado unos meses desde la conversación de Jesús con la mujer junto al pozo, en Samaria, mientras viajaba de Judea a Galilea.

Ahora, después de haber enseñado extensamente por toda Galilea, Jesús parte de nuevo hacia Judea, donde predica en las sinagogas. En comparación con lo mucho que la Biblia menciona de su ministerio en Galilea, dice poco de la actividad de Jesús en Judea durante esta visita y durante los meses que pasó en este lugar después de la Pascua anterior.

Evidentemente su ministerio no recibió tan favorable recepción en Judea como en Galilea.
Pronto Jesús se pone en camino a la ciudad principal de Judea, Jerusalén, para celebrar la Pascua de 31 E.C. Aquí, cerca de la Puerta de las Ovejas de la ciudad, hay un estanque llamado Betzata, adonde vienen muchos enfermos, ciegos y cojos. Estos creen que la gente se puede sanar si se mete en las aguas del estanque cuando estas se revuelven.

Es sábado, y Jesús ve junto al estanque a un hombre que ha estado enfermo por 38 años. Jesús, que está al tanto de lo mucho que ha durado la enfermedad del enfermo, le pregunta: “¿Quieres ponerte bien de salud?”.

Él responde a Jesús: “Señor, no tengo un hombre que me meta en el estanque cuando se revuelve el agua; y entretanto que yo voy, otro baja antes que yo”.
Jesús le dice: “Levántate, toma tu camilla y anda”. Con eso, ¡al instante el hombre se pone bien de salud, toma su camilla y echa a andar!

Pero cuando los judíos ven al hombre, dicen: “Es sábado, y no te es lícito llevar la camilla”.
El hombre les contesta: “El mismo que me sanó me dijo: ‘Toma tu camilla y anda’”.
“¿Quién es el hombre que te dijo: ‘Tómala y anda’?” preguntan ellos. Jesús se había apartado debido a la muchedumbre, y el sanado no sabía el nombre de Jesús.

Sin embargo, más tarde Jesús y el hombre se encuentran en el templo, y el hombre se entera de quién lo sanó.
Por eso el sanado busca a los judíos para decirles que es Jesús quien lo ha sanado. Al enterarse de esto, los judíos van a donde Jesús. ¿Por qué? ¿Para saber cómo puede hacer aquellas cosas maravillosas? No. Para criticarlo porque hace estas buenas cosas en sábado. ¡Y hasta empiezan a perseguirlo! (Lucas 4:44; Juan 5:1-16.)

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